La receta no secreta para el día a día.


En estos días todos los espacios de información se llenan de repasos del año y ránkings, y vemos y leemos sobre los momentos estelares, los 10 mejores deseos para el 2013, las 5 claves definitivas para ser felices o "Qué hizo que Gurú-sito triunfase en 2012”. Este año que termina no estará entre los mejores que recuerde, pero mi balance es positivo porque tengo cerca a mi familia, amig@s y gente que quiero, y disfruto con ell@s, en el plano profesional sigo cubriendo etapas, comparto mi vida con la persona que me la da cada día, y por ahora la salud va acompañando, así que sólo puedo estar agradecido.

En unas horas este 2012 se nos habrá ido, con sus momentos buenos y los malos, con los retos alcanzados y los que pasan a la lista de pendientes para el año que empieza, con la gente que está y con la que se fue, y sin darnos cuenta, mañana estaremos ya 2013 sin un tiempo muerto ni un descanso siquiera para coger aire. Y dado que querremos lo mejor para este año que vamos a estrenar, nos tomaremos las 12 uvas al son del reloj de la Puerta del Sol (aunque empezaremos en los cuartos), escribiremos 3 deseos en un papel que quemaremos después de las campanadas, llevaremos algo rojo y brindaremos con algo de oro dentro de la copa mientras estamos a pata coja sobre el pie derecho. Vale, hasta aquí todo normal (o no) pero ¿qué pasa a partir de ahora?.

Mañana será día 1 de enero de 2013, y probablemente no vuelvas a tomar 12 uvas, no querrás beber otra cosas que no sea agua, y la prenda roja quizás ya ni esté…En fin, que será un día nuevo, será el primer regalo de 24 horas que nos trae el 2013, pero ¿has pensado que vas a hacer? ¿y el día 2? ¿qué hacemos el resto del año para buscar la felicidad y hacer que cada día sea especial?. Pues bien, quería acabar el año compartiendo esta “receta no secreta” aplicable para el día a día, que no tiene contraindicaciones y sin embargo sí produce una enorme cantidad de efectos secundarios (todos positivos) y contagiosos. Sólo puedo asegurarte que a mí me funciona, y para ser honesto he confesar que crea cierta adicción… Ahí va:

.- Por las mañanas, antes de salir de la cama, ponte la mejor de tus sonrisas. Siguiendo el ejemplo de Sonia Rodríguez, también #empiezoeldiaconunasonrisa , porque eso de que  cuesta poco, vale mucho, enriquece al que la regala y más al que la recibe…es cierto, es más, creo que se queda corto para los verdaderos poderes que tiene. Detrás de una sonrisa, la vida se vive mucho mejor.

.- Atrévete a ser el guionista de tu vida, y conviértete en un #mapmaker. Y para muestra “el loco” de Isra García (ya me darás las gracias por lo de loco… ;D): sé valiente y auténtico, dibuja tu propio mapa y decide tu camino, haz las cosas diferentes, sé único y disfruta en el viaje. 

.- Ten siempre #unaactitdupositiva y compártela con todo el mundo como hacen por ejemplo Eva Collado, Juan Barceló o Fátima Martín. Busca soluciones a los problemas y no problemas a las soluciones, colabora, aprende, enfoca y deja el “no puedo” para abrazar el “cómo lo intento ahora”.

.-  Y al final de cada jornada, vete a dormir con la seguridad de que #mañanamasymejor porque si las cosas no han ido tan bien como esperábamos, mañana tenemos una nueva oportunidad para intentarlo, y si el día ha sido estupendo, ¿por qué mañana no puede ser otro día maravilloso?.

Termino con una imagen (que vale más que mil palabras) creada y compartida por l@s chic@s de @MrWonderful, sin duda alguna, los más molones de la red.



Esta sí es una profecía, y no la de los Mayas...!! ;D


Os mando a tod@s un saludo lleno de cariño, cargado de energía positiva y repleto de ilusión. Disfruten de estos días de fiesta, pero sobre todo recarguen las pilas porque el 2013 nos va a regalar 365 oportunidades para alcanzar nuestros sueños y tenemos que estar preparad@s para ello. Aprovechen el último día del año, y mañana ya saben...más y mejor!!! 

Que te den Feedback...!!!


Feedback es una de las muchas palabras de origen anglosajón que hemos incorporado a nuestro vocabulario. Se puede traducir como retroalimentación, y proviene originariamente del mundo de la ingeniería y los circuitos. Su acepción más puramente lingüística, vinculada al proceso de la comunicación, hace referencia al conjunto de información que es devuelta por parte del receptor al emisor, relativa al mensaje emitido, ya sea haciendo referencia al contenido del mismo, a su interpretación o a las consecuencias que alguno de estos dos elementos pudiera tener.

Dentro del mundo de la empresa se suele centrar la atención en una doble perspectiva del feedback; por un lado el feedback del cliente, que sirve para medir de alguna manera su satisfacción y para encender las alarmas en caso de que sea negativo. Y por otro lado, el feedback de tu responsable que puede llegar en forma de reconocimiento, de corrección o bien en forma de "nota" en una EDP (Evaluación del Desempeño Profesional). Sin embargo, creo que en ocasiones no se le da la relevancia que tiene al feedback de l@s propios compañer@s que trabajan dentro de nuestros mismos equipos. Se trata de las personas con las que más tiempo pasamos en nuestras organizaciones, las que más pueden conocer cómo trabajamos y quienes de verdad pueden tener elementos suficientes como para emitir opiniones bien fundamentadas que debamos considerar.

Con ocasión de la jornada formativa sobre ”Habilidades profesionales en tiempos de cambio” a la que pude asistir hace unas semanas, he estado reflexionando mucho sobre esta cuestión, y he llegado a una conclusión: el feedback es un derecho y al mismo tiempo una obligación que deberíamos implantar en los equipos de trabajo; tener diversas valoraciones, hehcas desde diferentes puntos de vista, sobre nuestro trabajo es una buena manera de poder aprender de las cosas que no hacemos del todo bien, corregirlas, enriquecer el trabajo  y mejorar en nuestro desempeño.

No es lo mismo (al menos para mí) que el responsable de una auditoría externa refleje en un informe una No Conformidad relacionada con la poca eficacia de la comunicación interna de los procedimientos aprobados en el último año en la organización, a que una persona de tu equipo de trabajo te comente en una conversación entre compañer@s que si fueras capaz de poner un enlace al mapa de procesos, en la home de la intranet de la empresa, todo el mundo tendría más fácil el acceso a los procedimientos y por con ello la difusión sería mayor, y por tanto más gente conocería esta información. 

Apuesto por el trabajo en equipo, y creo en que un equipo como unidad llega más lejos que las sumas de las individualidades que lo componen, y parte de ese éxito se debe a la mejora que se lleva a cabo gracias a las ideas surgidas dentro del propio equipo.  Sin embargo, en esta receta hay una serie de ingredientes que son imprescindibles:

.- Lo primero de todo es la CONFIANZA; ninguna persona estará cómoda si siente que está en “territorio enemigo” y que cualquier cosas que pueda decir le puede traer consecuencias negativas. Tenemos que asegurar un ambiente de trabajo cercano y agradable en el seno del equipo, en el que las personas que lo integren se vean en disposición de compartir sus valoraciones sobre el resto y recibir las del grupo.

.- La HUMILDAD  es otro de los elementos más importantes, tanto a la hora de dar una opinión como a la hora de recibirla, ya sea positiva o negativa. Nada de sarcasmos, palabras hirientes, ni faltas de respeto, por supuesto aceptar opiniones diferentes a las propias, asumir los errores y no tomarse las cosas como algo personal.

.- Uno de los aspectos más valorables es el COMPROMISO con el grupo en su conjunto y con cada miembro del mismo en particular. Si a la hora de acometer un proyecto, creemos que cada eslabón de la cadena tiene un papel fundamental, que afecta al anterior y al posterior, y por tanto al resultado final y al éxito del equipo, todo lo que se diga se enfocará desde la idea de la mejora global del equipo que repercutirá en el beneficio de cada integrante del mismo.

.- SINCERIDAD y VALENTÍA; de nada vale regalar el oído, ni estar siempre callado porque lo mejor es pasar desapercibido, ni hacer la pelota, ni escudarnos en el tan recurrido: “a mí es que me da cosa…”. Cuando hay que dar un reporte sobre el trabajo de una persona, hay que ser valientes y sincer@s, que además será precisamente lo que tenemos que pedir cuando alguien nos vaya a decir algo, porque si no lo que se diga, no servirá absolutamente para nada.

.- Y como además de lo que se dice, es también importante el cómo se dice, he dejado para el final la guinda del pastel, la ASERTIVIDAD. Y creo que la mejor manera de ver dónde radica su importancia, es con un ejemplo. En este caso, serían dos maneras diferentes de transmitir un mismo mensaje, pero es muy posible que los resultados en uno y otro caso difieran entre sí:

 “………… tienes que aprender a delegar; no sé si es porque no confías en la gente de tu equipo, o porque te crees que lo sabes todo, pero así, es imposible que abarques todas las cosas que quieres hacer. Además, la gente está desmotivada porque no cuentas con su opinión y sólo mandas “marrones” cuando estás con el agua al cuello. “

“………… el equipo te ve agobiado con todo el trabajo que estás haciendo para tratar de alcanzar los objetivos; sin embargo, no te olvides que estamos aquí para ayudarte en lo que sea necesario y que tienes a gente muy buena y comprometida en este equipo; seguro que podemos descargarte parte de las tareas que te quitan más tiempo, para que te concentres en añadir valor en las tareas que mejor sabes hacer, y además, de esta manera, el resto del equipo estará motivado y se sentirá más partícipe del proyecto.”






Me parece que una de las mejores maneras que tiene un equipo para mejorar y aprender de manera continua es poner en común las opiniones de las personas que lo componen. Esto no tiene que significar estar cuestionando las indicaciones de un superior, ni debe convertirse en una "barra libre" de críticas malintencionadas. Se tienen que buscar los momentos oportunos, y generar el clima adecuado para que el ejercicio de feedback sea útil y provechoso tanto para quién lo da, como para quién lo recibe, lo que repercutirá por tanto en el grupo.

Tengo que decir que no las tenía todas conmigo antes de ir a sesión formativa, sin embargo, no soy de hablar de oídas, y me gusta conocer las cosas antes de opinar sobre ellas; es por esto que decidí inscribirme… y de verdad que no sabéis cuánto me alegro. Fue sobre todo el trabajo realizado con l@s compañer@s en las dinámicas planteadas, y la reflexión posterior lo que me ha llevado a escribir el post, y por eso, quería acabar dándoles las GRACIAS a tod@s ell@s desde aquí.


La palabra es mitad de quien la pronuncia, y mitad de quien la escucha.
Michel Eyquem de Montaigne

#mañanamasymejor